Han transcurrido 50 años desde aquel 25 de noviembre en que nuestras Hnas. Misioneras Dominicas del Rosario, Sor María Justa, Sor María Olimpia, Sor María Cándida y Sor María del Buen Consejo murieron ultrajadas y fusiladas en el Congo africano y, hoy, recordamos esta “entrega a todo riesgo” que nos permite actualizar su labor de evangelización, servicio y amor por aquellos seres que vivían en condiciones infrahumanas dominados por jefes de tendencia comunista que nos les permitían sentirse dignos ante la sociedad y el mundo.
En la Eucaristía por el aniversario de estos 50 años del martirio, el sacerdote reflexionó sobre el compromiso de las religiosas con su Congregación, pero sobre todo, con la fidelidad a Cristo y a la Iglesia de construir el Reino de Dios donde más se necesite.
La Congregación de Hnas. Misioneras Dominicas del Rosario celebró en todo el mundo esta fecha trascendental de entrega y sacrificio por los más necesitados.
Nuestra comunidad educativa no fue ajena a este gran acontecimiento y nos unimos en agradecimiento a Dios Padre por la vida de las Mártires del Congo quienes nos han legado el más grande de los pensamientos: “Nuestro camino es el de Dios y si hemos de morir moriremos, pero no podemos abandonar la misión”.
Nuestro compromiso por ellas nos hace repetir: “ la mejor forma de llorar por un amigo, es continuar cultivando su campo” ( Mons. Mee Muzihirwa)